Llévame a la Luna
vamos a surcar el cielo
tú serás el piloto
de la nave sideral.
Seguiremos las flechas
hacia la Osa Mayor
y gravitaremos
en la nebulosa de Orión.
Descubriremos el cosmos secreto
navegando entre mares estelares
agujeros negros cruzaremos
con salida al espacio exterior.
Las Pléyades están esperando
nos vendrán a saludar
jugaremos con ellas
hasta la Aurora Boreal.
Acabas de leer como influye la luna en mi imaginación y mi creatividad con el poema titulado "Llévame a la luna" de mi tercer poemario titulado "Novilunio".
La luna, ese misterioso y etéreo satélite que ha cautivado a la humanidad durante siglos, ha dejado una huella profunda en la literatura y el arte. Desde los antiguos mitos hasta las modernas obras literarias, la luna es un símbolo recurrente que evoca emociones, misterio y reflexión.
La luna ha sido venerada y personificada en diversas culturas. Los sumerios la llamaron Inanna, los egipcios la asociaron con el dios Tot y los griegos la personificaron como Artemisa. Su ciclo de fases también se relacionó con la naturaleza cíclica de la vida y la muerte.
En la poesía, la luna se convierte en un símbolo recurrente que representa diferentes emociones y estados de ánimo, como la melancolía, la nostalgia o la belleza.
En 1969, la misión Apolo 11 marcó un hito en la historia de la humanidad al lograr que un ser humano pisara la superficie lunar. Este momento histórico inspiró a escritores y artistas, quienes exploraron la relación entre la luna y la exploración espacial.
Cincuenta años después, la NASA se prepara para enviar a la misión Artemis II, una travesía de 10 días alrededor de la luna a bordo de la nave Orion y después se trasladen al cohete Starship de SpaceX para el descenso final a la superficie de la luna. La tripulación incluye a la primera mujer, Christina Koch, al primer astronauta negro, Víctor Glover, al primer no estadounidense, Jeremy Hansen y al comandante de la misión Reid Wiseman.
Begoña Pombar