Algún
día, cuando salga el sol
verás
al pájaro de la libertad
con
sus alas abiertas, volando.
Sentirás
el abrazo poderoso
de
su plumaje transparente,
haciéndote
ver lo grandioso
el
sueño que imaginabas
la
ilusión de verte como él.
En
el espacio abierto
notas
tu vida y tu mente,
mientras,
intentas saciarte
de
ese miedo, de ese instante,
perder
lo más grande y poderoso
que
un hombre puede poseer.
Este poema tiene el titulo de “Pájaro de libertad”, en
él plasmo la idea del poder de poseer la propia libertad. Porque puedo creer
moverme y ser libre pero realmente me pregunto si lo soy.
La libertad es la capacidad de pensar, actuar
y sentir sin estar condicionado, pero ¿hasta qué punto estoy condicionada o no
en una acción? Puedo ser una marioneta de mis ideas, creencias, miedos, puedo
ser esclavo de mi propia mente, por eso ¿es mi búsqueda de la felicidad una
forma de esclavitud?, ¿soy libre realmente?.
Este es un tema de eterna pelea y discusión
en toda la historia de la humanidad, todos buscamos la ansiada libertad, vivir
sin condicionamientos, sin coacciones internas ni externas, porque el camino de
la libertad es neutralizar aprendizajes de la infancia, hábitos inconscientes,
es decir, un camino hacia los des-condicionamientos. Uno puede estar haciendo
lo que quiere, pero ese querer, está completamente condicionado.
La libertad solo quiere decir que si hago
algo, lo hago como una expresión total y perfecta de mi ser, que no hay nada
que me obligue o que me condicione.
En la medida en que nuestros diferentes tipos
de inteligencia y habilidades son características que nos vienen
predeterminadas desde que nacemos, son producto de nuestra educación, de
nuestras experiencias y de nuestro entorno, intentar cambiar esas cosas es
buscar el autoconocimiento “verídico y real” de uno mismo, distinguir lo que es
aprendido y lo que es innato.
Aceptarse con lo peor y mejor de uno mismo,
aquellas partes que no podemos cambiar porque son innatas, y entenderse a sí
mismo, saber de dónde vienen esos miedos y actitudes que escondemos y no
afrontamos, son parte del poder de cambiar las ideas como ejercicio de la
propia libertad.
Nuestra
propia naturaleza es un condicionamiento, y la libertad solo tiene significado
cuando se puede actuar sin estar condicionado. Nuestro único modo de que podamos
librarnos de ese condicionamiento, es llegar a hacer algo sin que haya nada que
nos obligue, que nos condicione.
Por eso el autoconocimiento es el camino para
ser día a día más libres, nos permite conocernos mejor a nosotros
mismos y es una herramienta que nos orienta hacia lo que nos satisface y mejor
sabemos hacer, para lograr lo que nos propongamos hacer.
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