Oigo pasos en la calle,
doy la vuelta y no hay nadie,
voy sintiendo tu mirada,
y sigo andando, tropezando.
Nada me hace cambiar,
después de verte,
te veo en cualquier lugar,
quisiera tenerte cerca
pero qué lejos estás.
Sigo perdida entre dudas
pensando en recuperar
este sueño sin esperanza.
Busco razones para olvidar
desesperados sentimientos
no acaban de sucumbir.
Alegría y tristeza
se mezclan en mi interior,
nos pertenecemos hace tiempo
sin encontrarnos en el amor.
Escribí el poema “En cualquier lugar” como arma emocional para superar
la tristeza en un momento de pena por un amor que no podía olvidar.
Hablar de lo que pensamos o escribir sobre lo que sentimos nos ayuda a
reflexionar sobre muchas situaciones que nos hacen daño y a la vez es una ayuda
para curarnos de uno de esos escenarios que tantas penas y alegrías lleva
consigo, ese escenario es el amor.
Lo cierto es que después de un año de la ruptura, todavía tenía el
deseo de besarlo, tenía la sensación de sentir su presencia, lo recordaba,
hay personas a las que es difícil
olvidar. Pero el tiempo hace que cada vez duela menos y escribir era mi manera
de desahogarme, de liberar emociones.
Es mucha la gente que ya lo practica, escribir todo aquello que le
preocupa en una pequeña libreta que guarda en el bolso. La escritura personal
puede llegar a ser un proceso de autoayuda perfecto que nos va a permitir ir
reduciendo el estrés poco a poco. Nos abre un componente personal para
profundizar en nuestras emociones y en nuestros pensamientos. Esa hoja en
blanco puede ser el mecanismo perfecto para encontrarte a ti mismo.
Cuando escribimos, nos estamos regalando un espacio de tiempo precioso
para pensar sobre nuestra vida porque buscamos siempre un instante para nosotros, para la
introspección.
Nos ayuda también a reconocer emociones que es posible que no
pudiéramos llegar a entender de otro modo.
Practica la escritura terapéutica, no lo dudes, dale voz a tu mundo
interior y desarrolla tu universo propio para encontrarte a ti mismo.
Begoña Pombar